
Maravillosas leyendas japonesas
Leyenda MANEKI NEKO
El nombre de Maneki-Neko viene del japonés, Maneki (del verbo maneku) significa “invitar a pasar” y Neko que significa “gato”, así que literalmente es el gato que invita a pasar.
Según la tradición japonesa el mensaje que transmite el gato con su patita es:“entra por favor, eres bienvenido”.
El gato lleva en su mano derecha una antigua moneda japonesa llamada “koban” como símbolo de fortuna.
Cuenta la leyenda que durante el siglo XVII (la era Edo), en la época de los señores feudales, existía en Tokio un templo que tenía serios problemas económicos y estaba semidestruido.
El sacerdote que vivía en el templo era muy pobre y compartía la escasa comida que tenía con su gata de nombre Tama.
Un día un señor feudal de gran fortuna fue sorprendido por una tormenta mientras cazaba y se refugió bajo un gran árbol que se encontraba cerca del templo.
Mientras esperaba a que amainara la tormenta, el hombre vio que una gata de color blanco, negro y marrón, le hacía señas con la pata invitándole a entrar al templo.
En el momento en que dejó el árbol donde se refugiaba, y se acercó para ver de cerca a tan singular gata, cayó un rayo sobre el árbol que le había dado cobijo. Tama le había salvado la vida.
Agradecido con la gata, el hombre rico se hizo amigo del sacerdote, financió todas las reparaciones del templo y éste prosperó, con lo que el sacerdote y su gata nunca volvieron a pasar hambre.
Desde entonces, se dice que un Maneki Neko en el lugar de trabajo o en tu hogar atrae la buena suerte y la fortuna.
Leyenda DARUMA
Daruma representa a Bodhidharma (conocido como Daruma en Japón) monje de origen hindú y fundador del budismo Zen.
Cuenta la leyenda que Bodhidharma estuvo 9 años meditando en el interior de una cueva. En cierta ocasión se quedó dormido y para evitar que le volviera a suceder, se arrancó los párpados y por eso la figura se representa con los ojos totalmente en blanco. Debido a tan prolongado tiempo sin moverse perdió por atrofia brazos y piernas ( de ahí que se represente con forma ovoide), pero a pesar de eso nunca cayó y siguió meditando.
Nuestros Daruma son figuras realizadas de forma totalmente artesanal en un pequeño taller de Japón, son de papel maché y algunas tienen peso en su base que les da equilibrio y hacen que se incorporen y regresen a la posición vertical si los empujas, es la manera de representar la perseverancia y el “volver a levantarse”.
“Si te caes siete veces, levántate ocho”
Su rasgo más característico es su rostro, en concreto sus ojos, es ahí donde radica la fuerza de este símbolo que nos motivará y nos dará fuerza para conseguir nuestras metas.
Es el amuleto de los propósitos, lo primero que debes hacer es visualizar un objetivo que desees conseguir, no se trata de pedir un deseo sino de tener claro aquello que buscas y que solo dependiendo de ti y de tu esfuerzo se puede lograr.
Cuando lo tienes claramente visualizado le pintas un ojo a tu Daruma (solo uno), y deberás mantener la figura a la vista todos los días hasta que consigas cumplir la meta que te has propuesto, él te recordará cada día cuando lo mires que no debes abandonar, ni decaer, y que pase lo que pase seguirás esforzándote para conseguir aquello que te has propuesto.
Una vez conseguido tu objetivo y en señal de agradecimiento a Daruma ya podrás pintarle el segundo ojo y te invadirá una enorme satisfacción.
Cuantos más Darumas tengas con los dos ojos pintados más metas habrás conseguido en tu vida.
El Daruma es un recordatorio de nuestro esfuerzo y perseverancia.